¿Te suenan estas frases? Seguro que las has oído más de una vez a tu alrededor, alguna incluso la habrás pensado tú mismo en alguna ocasión. Detrás de esos cuerpos, de esos tiempos, de esa resistencia y de todo lo que ves cuando miras a un crossfiter hay mucho más de lo que la gente se imagina.
“Eso es genética”, dicen muchos. No, genética no siempre es genética. Esfuerzo y dedicación, de eso sí hay mucho detrás.
Y es que, si nos paramos a pensar un poco qué hay detrás de un crossfiter, encontraremos aspectos como estos:
Esfuerzo
Nadie consigue sus metas sin un esfuerzo. Cada WOD es un nuevo reto, y cada día un nuevo WOD. No sabes a qué te enfrentas, a veces llegas sin ganas al box y maldices a la pizarra y a quien escribió el trabajo de hoy, pero le echas un par de huevos y te pones a ello, te guste o no, es el menú de hoy y te lo vas a zampar hasta el final. Y es que, si lo buscas, siempre tienes un motivo para seguir adelante.
Constancia
La constancia es difícil de llevar, al principio sobre todo, o tras un período de baja o descanso, pero es necesaria. Sin constancia no eres nada, porque no me vale entrenar un día y no volver en dos semanas. Mañana, aunque no te apetezca, volverás, y volverás con las mismas ganas, o más, o menos que hoy, pero volverás. Porque eres crossfiter, y los crossfiters siempre volvemos.
Superación
En la mentalidad del crossfiter no faltan las ganas de superarse día a día, porque empiezas desde abajo, siendo “el torpe” del grupo, el último en terminar cada WOD, el de los peores tiempos… Pero esa situación no dura mucho, desde el primer día querrás superarte, ser mejor, más fuerte, más rápido, más ágil, y lo lograrás. La primera semana tendrás el cuerpo más dolorido del planeta y las mayores agujetas de tu vida, pero pronto empiezas a notar tu mejoría y esa sensación de haberte superado un poquito más no cesará nunca.
Fuerza de voluntad
Si quieres conseguir tus objetivos no tendrás más remedio que acostumbrarte a vivir con fuerza de voluntad, mucha fuerza de voluntad, para muchas cosas. No solo el entrenamiento te hace ser así, también tus hábitos de vida y de alimentación necesitan ser cuidados si quieres mejorar. Cambiarás muchas cosas en tu día a día, verás la vida de otra manera y empezarás a ser “otra persona”, alguien mejor para ti. Te costará, ¡vaya si te costará!, pero merecerá la pena.
2 comentarios